viernes, 29 de enero de 2010

LA PSICOLOGÍA COGNITIVA DEL APRENDIZAJE.


Por: Imelda Rodríguez Peña.

 

El conocimiento base del desarrollo social- cultural y científico del individuo, se basa en la captación de ideas que dan como resultado un proceso asociativo, proceso que no siempre lo lleva a la reconstrucción del conocimiento previamente adquirido.

 

Es común en nuestro campo laboral, que los alumnos aprendan por condensación o automatización; analicemos pues el aprendizaje por condensación. El hombre busca los medios que le permitan captar la esencia del mundo que le rodea (o dentro de su entorno laboral o escolar), y ésta condensación de información, es la que le proporciona la oportunidad de disponer en el momento que sea requerido, y de manera oportuna, ese conjunto de información que previamente ha hecho suya.

 

Este proceso es común en la vida de un estudiante, pues condensa  infinidad de conocimientos. Sin embargo, es importante que el profesor guíe ese proceso de almacenamiento, y evitar así que la memoria de ese estudiante sea sobresaturada con información carente de valor a futuro. Ahora bien, la condensación tienen sus aspectos positivos, ya que libera espacio en la memoria de trabajo, y ese espacio (capacidad cognitiva) puede ser utilizado en otra actividad que implica mayor esfuerzo. Tanto la creatividad, motivación externa  e interna juegan un factor clave para que el aprendiz mantenga activa su mente, por lo que deben estar presentes durante todo el proceso de aprendizaje. Sabemos que un alumno interesado por aprender cosas nuevas debe "aprender a desaprender" y en ese "desaprender" está la liberación de capacidad en la memoria y construcción de estructuras nuevas. Y que esa capacidad sea usada para cuestionar lo que aprende, dónde lo aplicará y por qué se enseña así. Es aquí donde la transferencia tiene su razón de ser y donde nosotros como docentes encontramos la gratificación a nuestra labor cuando logramos formar un criterio reflexivo.

 

Pasemos entonces al aprendizaje por automatización, en éste, la experiencia de vida es en sí misma un ejemplo de lo que le hombre hace de manera automatizada.  La automatización puede ser necesaria en procesos que requieren de un mayor grado de concentración o que implican un esfuerzo mental; permite la realización de tareas complejas, al tener el dominio casi inconciente de algunas actividades necesarias y dedicar esa capacidad mental  a otras que así lo requieren.

 

El proceso educativo tiene sus bases en la automatización, por ejemplo: las tablas de multiplicar, los números, las vocales, etc. Esto ayuda cuando el alumno trae a la mente de manera rápida esa respuesta; ahora bien, de aquí parte la construcción, en el momento en que el alumno inicia un proceso de crítica hacía lo que aprende.  El docente participa de manera directa al organizar y planear la información que habrá de actuar como materia prima del saber.  Mientras que el aprendiz debe tener amor por lo que aprende, caso contrario, todo será parte de la vida escolar cotidiana en nuestro país.

 

Recordemos que la tecnología nos ha hecho dependientes de ella, y dentro de esa dependencia, realizamos infinidad de tareas automatizadas. Sin embargo, el hombre está perdiendo su capacidad de ingenio y construcción del saber. Estamos pues alienados en un sinfín  de situaciones imperceptibles para nuestra mente.  El reto esta presente, debemos aplicar la automatización en pro del conocimiento; no aspiremos pues a ser autómatas, sino seres capaces de realizar múltiples actividades, mismas que nos permitan desarrollar nuestra mente y modo de vida.
 




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