A lo largo de nuestra historia hemos logrado recopilar diversos conocimientos, los cuales han surgido de las necesidades presentes en cada una de las épocas del ser humano, parte de su capacidad de raciocinio y adaptación, permiten que transcendentalmente fije una cultura; rica en saberes, costumbres y anécdotas que de manera íntegra da la identidad y pertinencia en cada sociedad.
Pero como todo fenómeno natural estamos en constantes cambios, que permiten el proceso de evolución a través del tiempo y con ello una cultura cada vez más cambiante, dentro de la cual el ser humano se ve contrastado al omitir ciertas costumbres, conocimientos del pasado para adquirir nuevas en su contexto que se le exige como parte de una sociedad en un mundo globalizado.
Es por eso que el proceso de enseñanza-aprendizaje se enfrenta a una irrelevancia actualmente dentro de un mar de información, nuevas tecnologías e intereses distintos a los que anteriormente existían. Existe pues una gran ideficiencia en el aprendizaje significativo y la buena enseñanza por parte de los docentes y estudiantes, dejando entrever la incapacidad de generar conocimiento, solucionar problemas, transformar e innovar durante su vida.
Esto actualmente es un problema que acontece a las nuevas generaciones, donde se ha visto que solo han logrado memorizar distintos saberes, como enciclopedias que solo se depositan verdades relativas que no permiten tomar parte activa en la vida social y cultural, logrando reproducir lo ya establecido sin comprender, reconstruir o integrar los conocimientos. Pero también es muy cierto que los procesos de enseñanza-aprendizaje no son hasta ahora los adecuados, con lo cual me permito esclarecer que éstos último términos son muy distintos a pesar de la estrecha relación que desempeñan; entendiendo que el aprendizaje, es el proceso por el cual el ser humano adquiere conocimientos que le permitirán desempeñarse en distintos ámbitos, al llevarlos a la práctica, tras haberlos razonado y comprendido.
Si partimos de que la enseñanza; es el proceso de transferir diversos saberes mediante estrategias diseñadas con la finalidad de que el alumno aprenda para la vida, es decir, que logre reflexionar, asimilar y reestructurar conocimientos de tal forma que los aplique en su desempeño social e individual.
Ahora bien, el docente se ve en la necesidad de cambiar sus estrategias de enseñanza, debido a la gran oferta de información que se presenta con las nuevas tecnologías, a demás de distintos distractores que hace imposible que el alumno logre aprender significativamente. Para lo cual se debe buscar estrategias que busquen, seleccionen y reelaboren la información de manera organizada, que permitan el aprendizaje del alumno de forma relevante y significativa. Logrando así, un buen uso de la tecnología e información que se nos presenta y no dejar invadirnos por el descontrol y consumismo que no permite que exista un desarrollo social con calidad de vida.
Es por eso que la creación de una nueva cultura debe ir enfocada a dar un sentido de relevancia y pertinencia a las nuevas generaciones, para que logren llevar a cabo las diferentes estrategias, habilidades y conocimientos aprendidos, durante toda su vida.
Pero la nueva cultura del aprendizaje nos muestra que para aquello que hemos sido formados no resulta suficiente en la actualidad. Que nuestro esfuerzo como docentes hoy está en favorecer los procesos de aprendizaje de los otros, promoviendo nuevas formas de aprender que les permita a los estudiantes apropiarse activamente del legado cultural de manera emancipadora y no reproductora como era nuestra misión.
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