jueves, 11 de febrero de 2010

POR: JUDITH AYALA GARCÍA

Más allá de aprendizaje.

Factores a considerar por los docentes.

 

 

MAESTRIA EN CIENCIAS. EDUCACIÓN SUPERIOR

SEMINARIO: ASPECTOS PSICOPEDAGÓGICOS DE LA DOCENCIA.

ASESOR: MTRO. JOSÉ GUADALUPE BERMÚDES OLIVARES.

MORELIA, MICH. A 09 DE FEBRERO DE 2010.

 

 

INTRODUCCION

    

     Conocer y entender las bases del proceso de aprendizaje, nos brinda a los docentes la oportunidad de disponer de un conjunto de elementos que permitan generar los recursos y herramientas estratégicas para encontrar los caminos que lleven a alcanzar de manera óptima, la transferencia de conocimientos en nuestros alumnos de tal forma que, se logre un aprendizaje significativo basado en la asociación y en la construcción de estructuras cognitivas. Es un hecho, que el quehacer del docente demanda de éste el dominio de un conjunto de tácticas para enfrentarse a cada una de las complejas situaciones del entorno educativo. En la nueva cultura del aprendizaje que nos atrapa actualmente, es tan importante tanto el rol del maestro como el del aprendiz, ya que se asemeja en términos biológicos, a una relación simbiótica en la que es necesaria la presencia de uno y de otro para poder coexistir.

 

ORIGENES DEL CONOCIMIENTO

   A lo largo de la historia del hombre, han sido varios los factores determinantes en la forma en cómo se obtiene el conocimiento, pero definitivamente es la cultura de una sociedad la que dicta el cómo, el por qué, y para qué aprendemos. La versatilidad en el ámbito de la cultura, producto de la evolución de las tecnologías informativas y de la propia organización social del conocimiento, ha inducido a la par el desarrollo de modelos y teorías tanto filosóficas como científicas que permiten dar explicación a esos mismos fenómenos. El aprendizaje reproductivo a lo largo de la historia de la humanidad, ha resultado ser el que mayor demanda ha asumido, sin embargo; se han encontrado otras estrategias alternativas para la adquisición del conocimiento conforme a las necesidades de la sociedad. Actualmente, es el constructivismo el enfoque que cuenta con mayor aceptación como herramienta eficaz en el proceso enseñanza-aprendizaje.

     Las teorías psicológicas del aprendizaje formuladas en tiempos recientes, se fundamentan en las principales alternativas para el origen y adquisición del conocimiento que se tenían planteadas en la Grecia clásica, a lo que Gardner (1985) denominó "agenda griega". Son el racionalismo, el empirismo y el constructivismo los tres grandes enfoques que han servido de base de las teorías psicológicas del aprendizaje.

     La naturaleza y el origen del conocimiento, son las piedras angulares en la generación de todas las teorías en la Psicología. Reflexiones de los antiguos filósofos han aportado importantes plataformas para las teorías actuales, muestra de ello son las Ideas Puras de Platón, quien asumía que no se aprende nada realmente nuevo, tan sólo se reflexiona y se razona para descubrir esos conocimientos innatos que sin saberlo se albergan dentro de cada individuo. En éste contexto, se relega al aprendizaje, ya que son las Ideas Puras, las que proporcionan el conocimiento. Algunos racionalistas contemporáneos como Chomsky (1980) o Fodor (1983), mantienen la idea que el aprendizaje es irrelevante.

     El empirismo, nace con Aristóteles al suponer que el origen del conocimiento estaba en la experiencia sensorial, la cual permite formar ideas a partir de la asociación entre las imágenes proporcionadas por los sentidos (La tabula rasa); es decir, el verdadero conocimiento es producto de las ideas provocadas por la experiencia, se obtiene aprendizaje mediante las leyes de la asociación que según Aristóteles eran la contigüidad, la similitud y el contraste. Estas ideas del aprendizaje por asociación se han ido modificando con el paso del tiempo, con Locke y Hume alrededor del siglo XVII y XVIII respectivamente y; recientemente con las teorías psicológicas del aprendizaje como el conductismo que puede entenderse como un asociacionismo conductual, en el que los estímulos y respuestas son los que se asocian. La psicología cognitiva ha desplazado paulatinamente al conductismo. Son el principio de la correspondencia y el principio de la equipotencialidad, la plataforma de todas las teorías del aprendizaje por asociación.

     El constructivismo, que según Pozo se fundamenta en que "el conocimiento es una interacción entre la nueva información que se nos presenta y lo que ya sabíamos, y aprender es construir modelos para interpretar la información que recibimos"; se desarrolla a partir de la teoría del conocimiento de Kant, concretamente de sus conceptos "a priori". En esta concepción se le adjudica al aprendizaje un papel primordial, como producto de la experiencia en la naturaleza humana. El aprendizaje es una construcción y no solamente un reflejo de la realidad.

    En el proceso de aprendizaje constructivista, la nueva información que nos es expuesta es asimilada en base a las estructuras del conocimiento previo (aprendizaje implícito); posteriormente, hay una acomodación de los conocimientos previos a consecuencia del ingreso de los nuevos conocimientos, y finalmente, se reestructuran los conocimientos nuevos conocimientos y se manifiesta un verdadero aprendizaje en el aprendiz.

     Resulta evidente, que los procesos evolutivos a los que se ha sometido la humanidad han ido acompañados de necesidades elementales que permiten a las sociedades desarrollarse armónicamente, clara muestra de ello es la misma evolución de los procesos de aprendizaje que a la par se han modificado. En las sociedades antiguas, grandes pensadores como Platón y Aristóteles idearon fundamentos filosóficos en relación a la adquisición de conocimiento, que al cabo de varios siglos después y gracias a las aportaciones de otros estudiosos se han estructurado los cimientos de las actuales teorías psicológicas. El aprendizaje constructivo y el aprendizaje asociativo coexisten y ambos predominan en nuestros días, son las herramientas que por su naturaleza nos ofrecen a aprendices y maestros (siempre que tengan los medios y las estrategias adecuadas), lograr aprendizajes significativos.

 

IMPORTANCIA DE LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE   

     La mayoría de los profesores universitarios desconocemos las bases y concepciones del aprendizaje, por lo que el conocer los fundamentos de éste nos permitiría aumentar el poder cognitivo de los alumnos de manera sustancial, reforzando los conocimientos y manteniendo estos en la memoria permanente de tal forma, que los conocimientos que adquieran puedan ser empleados eficazmente en otras situaciones, esto aunado a un cambio de conducta positivo que incida benéficamente en la forma en que el alumno visualiza su entorno.

     Los procesos de aprendizaje están activos desde el momento en que nacemos e incluso, desde que nos encontramos en el vientre materno. Constantemente estamos adquiriendo conocimientos sin la necesidad de un diseño de actividades sociales programadas, es decir de enseñanza (aprendizaje explícito). La mayoría de los conocimientos que albergamos los obtuvimos sin estar realmente consientes de ello, es éste aprendizaje implícito el que nos facilita tener control y hasta cierto grado de predicción de nuestro entorno, influye en la forma en que interactuamos y definitivamente, en cómo y qué aprendemos. No se requiere acudir a la escuela para aprender a reconocer un aroma en particular, para saber aplaudir, protegerse de la lluvia o para alejarse de un perro que ladra. Este aprendizaje implícito permite la posibilidad de crear teorías implícitas que en ciertos momentos de la enseñanza, crean en los aprendices, conflictos entre los aprendizajes previos y los nuevos.

     El binomio enseñanza-aprendizaje se rompe cuando a causa de múltiples factores tanto intrínsecos como extrínsecos a la escuela, a la propia aula, interfieren las relaciones entre maestros y aprendices. La falta de organización del aprendizaje, la falta de estrategias que cubran las necesidades de la nueva cultura de aprendizaje, la disponibilidad de los maestros para enseñar y de los alumnos a aprender, la vocación y preparación de los docentes, factores de índole personal, familiar, económico, etc. que repercuten en el rendimiento de nuestros alumnos son; entre muchas otras cosas las que por mala fortuna nos pueden llevar a la "enseñanza" sin aprendizaje.

     Como profesores nos compete el preocuparnos porque nuestros alumnos aprendan y lo hagan de manera significativa, para lograrlo es indispensable que tomemos conciencia de ello y nos actualicemos en la práctica docente para tener los elementos pedagógicos que nos permitan llevar a nuestros alumnos más allá del aprendizaje momentáneo. 

     Pero, ¿cómo saber que se está produciendo un buen aprendizaje?, menciona Pozo, que básicamente, un buen aprendizaje debe producir un cambio verdadero, debe ser transferible a nuevas situaciones y debe ser consecuencia de la práctica realizada.

     En primer término, el aprender requiere que se cambien las conductas y los conocimientos anteriores, en cierto sentido aprender implica desaprender; y desaprender requiere de técnicas de modificación conductual que le permitan al aprendiz asimilar los conocimientos nuevos, para que ulteriormente, pueda analizarlos y reestructurarlos en conjunción con los aprendizajes previos.

     Pozo también menciona: "si todo el aprendizaje es cambio, no todos los tipos de cambio, producen aprendizajes de la misma cantidad"; está comprobado que una persona manifiesta su aprendizaje reflejando cambios en diferentes ámbitos que van desde su propia conducta hasta la forma en que se relaciona con su entorno. Desde el enfoque constructivista asociar y construir nos genera cambios duraderos, aprendizaje significativo.

     Los sistemas de evaluación, lejos de observarse como un proceso en que solamente se valora lo que el alumno aprendió, debe tomarse como herramienta que permite descubrir fenómenos que puedan estar afectando el proceso de enseñanza-aprendizaje. La evaluación no solamente debe ser en un sólo sentido, el maestro al ser evaluado tiene la oportunidad de cambiar conductas, métodos y otros sucesos a fin de mejorar en forma eficaz y eficiente su desempeño.

     Como se mencionaba anteriormente, el buen aprendizaje debe dejar conocimientos que se puedan transferir a otros contextos, ya que si no se tiene la capacidad de transferencia se estaría  demostrando que lo que aprendimos es ineficaz.

     Dentro del constructivismo, la práctica constituye uno de los rasgos del aprendizaje. El aprendizaje es siempre producto de la práctica. Es el tipo de práctica y no la cantidad lo que caracteriza al aprendizaje. Se manifiestan dos tipos de práctica, uno lo constituye la práctica repetitiva donde se replica una misma actividad de aprendizaje continuamente, lo que produce escasos y limitados aprendizajes; el segundo tipo es el de la práctica reflexiva, la cual no es netamente una repetición ya que se fundamenta en bases teóricas que permiten comprender lo que se está haciendo, éste tipo de práctica favorece la obtención de aprendizajes más complejos y precisos.

     Los rasgos de un buen aprendizaje, como un cambio duradero y generalizable, están vinculados a la construcción del conocimiento a través de la vía reflexiva que supone Glaser (1992), la organización de las actividades del aprendizaje debe estar supeditada al tipo de aprendizaje que se pretende lograr, y éste a su vez debe responder a las demandas o necesidades de aprendizaje que se le plantea al aprendiz.

     Resulta interesante que para el estudio de las ciencias, se han realizado varios estudios a fin de incorporar las concepciones constructivistas en haciendo la aplicación de varias pruebas para encontrar de manera válida, confiable y precisa para identificar las concepciones de los alumnos y ya que lo que ellos conocen afecta el proceso didáctico.

    Se ha analizado el constructivismo como el enfoque que se corresponde con una de las demandas de la sociedad del conocimiento, característica del siglo XXI, la cual supone una escuela no sólo para aprender sino para seguir aprendiendo. Esta idea de la educación del futuro es compartida por muchos especialistas, tanto en Norte América como en Europa y América Latina, así como también por organismos internacionales como la UNESCO (1996; 1997). Para lograr que los estudiantes sean más autónomos aprendiendo, es decir, que sean capaces de autorregular sus acciones para aprender, se requiere hacerlos más conscientes de las decisiones que toman, de los conocimientos que ponen en juego, de sus dificultades para aprender y del modo de superar esas dificultades.

 

     El aprendizaje y la enseñanza se fundamenta en buena medida en las técnicas y estrategias que se consideraron anteriormente, sin embargo no se puede negar que aunado a ello, en un ambiente en el que los protagonistas son los aprendices y los maestros, se inician y fortalecen distintos tipos de vínculos que también afectan o benefician el desarrollo de las habilidades cognitivas que se pretenden fomentar. Pichón, a través de la teoría del Vínculo, explica lo importante que son las relaciones interpersonales, que al ser extrapoladas al aula pueden aportan importantes elementos para optimizar el ambiente educativo.

 

CONCLUSIONES

         El aprendizaje y la enseñanza, palabras que en el ámbito educativo son tan frecuentes, cobran un nuevo sentido tras indagar la estela tan completa que está detrás de estos conceptos. Observamos que las estrategias de aprendizaje se modifican según las necesidades de la sociedad, hemos pasado del aprendizaje memorístico a uno donde lo importante es el encausamiento de los conocimientos obtenidos con aprendizajes implícitos de tal forma que se obtenga un aprendizaje duradero, que pueda transferirse a diversas situaciones de la vida misma y que sea producto de la práctica.

    El constructivismo se observa como una concepción del aprendizaje que cumple con las expectativas y necesidades de la nueva cultura del aprendizaje, la cual demanda la preparación de personas que tengan mayor calidad y cantidad de conocimientos a fin de poderse desenvolver en un mundo cada vez más competitivo.

     Como docentes tendremos que echar mano de las estrategias y resultados que tengamos disponibles, a fin de que lo que se pretenda enseñar sea lo que se aprendan  los alumnos. Son muchos los factores que afectan buen aprendizaje pero, como profesores contamos con el entusiasmo y los conocimientos proporcionados por este seminario para encausar mejor nuestra labor en pro de un mejor desarrollo profesional en el ámbito de la docencia.

 

BIBLIOGRAFÍA

PICHÓN Revière. 2000 Teoría del Vínculo. Nueva Visión 21ª edición Buenos Aires, Argentina.

POZO Juan Ignacio. 2006.  Aprendices y maestros. Capítulos 1, 2, 3, 4, 5 y 6 Editorial Morata,  Madrid, España

 



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